
Nuestros acabados
El latón es la esencia de todo lo que hacemos. El latón crudo, sin lacar, es nuestro punto de partida. Se podría decir que es nuestro estilo característico.
El latón crudo desarrolla una pátina natural, cambiando su apariencia con el tacto y el tiempo. Desarrollando carácter. Contando una historia.
Y es versátil. Puedes sumergir el latón a mano para acelerar su envejecimiento y darle nuevos tonos, como el bronce o el hierro envejecido. El latón sigue siendo la esencia, pero adquiere una belleza diferente.
Puede optar por añadir una laca resistente para una apariencia que no se deteriore. O, en el caso de los acabados bañados a mano, dejar que envejezcan con gracia, revelando el latón natural en los bordes y superficies desgastadas por el tacto.
No vendemos cromo. Simplemente no nos gusta: se ha usado para disimular multitud de pecados. Para el brillo, preferimos el níquel pulido. Parece fluir, sin ese brillo intenso.
Tú decides. Al fin y al cabo, el gusto es personal.
Preguntas frecuentes
¿Qué son los acabados sin lacar?
El acabado sin lacar se deja sin tratar, lo que permite que el material desarrolle una pátina natural con el tiempo. Esta superficie evolutiva aporta profundidad y carácter a su herrería, mejorando su apariencia con el paso del tiempo y el uso continuado. Es ideal para quienes aprecian la transformación orgánica y el carácter que desarrollará.
¿Cómo se consiguen los acabados lacados?
Se aplica un acabado lacado como capa protectora para preservar el aspecto original del material, garantizando su ausencia de oxidación y pátina con el paso del tiempo. El lacado se aplica cuidadosamente a mano sobre la superficie, formando una capa transparente y duradera que sella el metal subyacente. Este proceso está diseñado para conservar la estética del acabado, manteniendo su aspecto original y ofreciendo protección a largo plazo contra factores ambientales como la humedad, el aire y la manipulación.
El recubrimiento lacado actúa como barrera, previniendo el deslustre, la decoloración y el desgaste, lo que lo hace ideal para zonas de uso frecuente como cocinas y baños. El proceso consiste en aplicar una laca transparente que se adhiere a la superficie metálica, garantizando su estabilidad y resistencia a las manchas, los arañazos y la corrosión. Una vez curada, la laca proporciona un acabado liso y uniforme que conserva la belleza natural del material con un mantenimiento mínimo.
Este acabado no solo ayuda a conservar la apariencia original del material, sino que también facilita la limpieza y el mantenimiento, ya que la superficie sellada evita la acumulación de aceites y suciedad. Para quienes prefieren la durabilidad de un acabado pulido o envejecido sin las preocupaciones del desgaste natural, los acabados lacados ofrecen una solución de bajo mantenimiento que garantiza que el producto mantenga su atractivo visual durante años.
¿Cómo puedo conservar mi acabado?
Todos nuestros acabados sin lacar, excepto el latón pulido, el latón cepillado, el latón envejecido y el bronce envejecido, cuentan con una ligera capa de cera natural que limita el envejecimiento o la pátina durante el transporte. Con el uso, la capa de cera se deteriora naturalmente, dejando el acabado al descubierto. Si desea conservar el acabado, le recomendamos optar por un acabado lacado o aplicar una ligera capa de cera de calidad a su producto periódicamente, siguiendo las instrucciones del producto seleccionado.
¿Qué acabado es adecuado para un entorno comercial o exterior?
Ofrecemos un doble lacado en nuestros acabados, lo que crea una capa protectora aún más duradera en el producto elegido. Esta opción a medida permite el uso de nuestros productos en espacios comerciales con mucho tráfico y en algunas zonas exteriores. Consulte con nuestro equipo de expertos para asegurarse de que el acabado elegido sea adecuado para la aplicación antes de realizar su pedido.
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